Cousteau: El padre de los océanos

Para muchos, la inspiración para que fuéramos tan cercanos al mar a través del buceo, se originó con Jacques Cousteau. Seguramente, las generaciones recientes no lo tienen como un personaje importante, dado que la fascinación por personas que han aportado al desarrollo científico ha cambiado a la fascinación por aquellos que han contribuido al desarrollo cultural, principalmente en la música.

La historia de este hombre, haciendo un pequeño pero merecido homenaje a sus aportes, es bien interesante. Jacques-Yves Cousteau se reconoce como uno de los más grandes exploradores de los mares y ríos del mundo, y un conservacionista del mundo natural marino sin igual.

Nacido en Francia en 1910, “El Capitán Planeta” como fue llamado, o para nosotros, “El Padre de los Océanos”, fue militar durante la Segunda Guerra Mundial, sirviendo como piloto naval. No obstante, un accidente que lo alejó de la milicia fue el detonante para que rápidamente se convirtiera en un protector de los océanos, a través del perfeccionamiento del sistema autónomo de buceo, junto con su colega francés Emilie Gagnon. Es quizás uno de los mayores inventos que cambió la historia de la investigación marina. Nos dio la libertad de respirar bajo el agua, mientras apreciamos la grandeza de la vida submarina.

Con este invento, junto con sus expediciones y magníficos programas de televisión, comenzamos a saber realmente qué es todo lo que hay debajo de la superficie de los océanos, y no tuvimos ya que dejarlo a nuestra imaginación leyendo a Julio Verne.

Jacques Cousteau no sólo fue el padre de cuatro hijos, Jean Michel, Philippe, Diane y Pierre-Yves y abuelo de cuatro nietos, todos dedicados a los océanos. También es el padre de todos los que nos hemos dedicado a bucear y estudiar los océanos. Sus enseñanzas como divulgador científico y comunicador del desarrollo sostenible en defensa de los océanos es el mayor legado que nos ha dejado, y sigue dejando en las generaciones posteriores.

Luchó arduamente por la defensa del gran continente blanco, la Antártica, para que fuera la mayor reserva científica, dada la importancia que tiene sobre el clima mundial. Ahora, es el laboratorio más grande que puede haber en el planeta, en todas las disciplinas, no solamente en lo que tiene que ver con el mar.

Pero sus exploraciones no fueron únicamente al agua de mar. Su gran interés en mostrar lo grandioso que es el Amazonas, junto con su fauna, trascendió las fronteras de lo netamente científico, acercándose a sus comunidades y a la relación de éstas con la naturaleza. Recuerdo sus películas en las que pude conocer a los delfines rosados. Ahora sus nietos, con este legado, son los grandes defensores del Amazonas.

Realmente Jacques Cousteau nos dejó, como deja un Padre a sus hijos cuando parte, el gran legado de continuar luchando por la conservación de los océanos. Nuestro deber y responsabilidad, ahora como sus hijos, es continuar con esta defensa, pues sin lugar a dudas, es lo que más debemos proteger para las generaciones futuras.

by | Jan 5, 2025 | Sin categoría

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